El viaje de este verano ha sido a Escocia. En principio el destino elegido era Suecia, pero unos amigos se unieron al viaje y resulta que Escocia era el viaje soñado de una de ellos, así que lo cambiamos.
Como éramos 7 personas (5 adultos y dos niños) no reservamos en hoteles, si no que elegimos principalmente casas completas con Airbnb o Homelidays y algún B&B. Es la primera vez que usamos Airbnb para reservar alojamiento y la verdad es que no ha habido problema con ellos.
Escocia es un destino caro, tanto en hoteles y casas como en restaurantes, entradas de monumentos, etc. Reservamos el vuelo y casas en enero o febrero de este año, con 6 o 7 meses de antelación, y ya estaban los precios por las nubes y con pocas alternativas para un grupo numeroso, especialmente en las Highlands. En Edimburgo la oferta es mucho mayor, pero al ser agosto nos pilló el festival de teatro de la ciudad que atrae a muchísima gente (la población cuando estábamos nosotros se había multiplicado por 3!!!! pasando de medio millón a millón y medio de personas
) por lo que si vais en esas fechas también conviene reservar cuanto antes. De hecho, el plan inicial era llegar a Edimburgo pasando allí unos días y luego adentrarnos en las Highlands, pero al final, debido a los precios prohibitivos en la primera semana de agosto, lo hicimos al revés, dejando la ciudad como broche de oro al final del viaje.
Además de los paisajes y la historia y monumentos de Escocia, algo que nos ha llamado mucho la atención es la amabilidad de los escoceses. Quizá sea un tópico hablar de esto en un viaje, pero es la vez que más hemos notado esta cercanía por parte de la población local. También nos ha llamado la atención lo preparado que está todo para los niños. En nuestro grupo había una niña de 6 y otro de 4, y en muchos museos y castillos había actividades interactivas para ellos, zona de juegos, etc, y también en los restaurantes les ponían dibujos para colorear y que estuvieran entretenidos.
El viaje ha tenido una duración de 16 días, contando la ida y la vuelta en avión. Entramos a Escocia por Glasgow y salimos por Edimburgo, moviéndonos primero hacia el norte por el oeste hasta la isla de Skye y luego bajando por la zona central de Escocia.
Antes he mencionado que las entradas a monumentos son caras. Para un castillo medio en ruinas pueden ser unas 5 libras, y para los grandes castillos pueden estar sobre las 15 o 17 libras. Nosotros compramos la Explorer Pass de 7 días, que te da derecho a entrar a un gran número de monumentos durante 7 días en un periodo total de 14. Si entras al de Edimburgo, Stirling, y el del lago Ness, ya te sale a cuenta, y además nosotros la usamos para unas cuantas atracciones más. Hay algunos monumentos muy famosos e importantes que no son de titularidad pública y no están incluidos en la tarjeta ya que son privados, así que esos tuvimos que pagarlos. Sin embargo, hay algunos museos muy buenos que son totalmente gratis y cuya visita nos pareció fantástica, ya iré detallándolos en cada día del diario.
Lo peor del viaje ha sido, sin duda, la lluvia. De los 16 días del viaje nos ha llovido en 12, y en alguna ocasión bastante fuerte. Por suerte los días más despejados han sido los de Edimburgo y hemos podido aprovechar bien en la ciudad. Ha hecho frío casi todo el viaje, que eso no me importa, es más, es un alivio después de los calores veraniegos
Incluso en algunas casas teníamos chimenea que pudimos encender.