Polonia
Publicado: Vie, 26 Oct 2018, 20:28:53
Este verano hemos estado en Polonia, y todavía no me he puesto con el diario del viaje, así que poco a poco lo iré completando.
Decidimos ir a Polonia por ser un destino barato, al menos los alojamientos, comida, etc., y hoy en día es fácil encontrar vuelos bien de precio a las principales ciudades polacas. Y también porque nos apetecía volver a hacer con los amigos un viaje por la Europa del Este.
En esta ocasión fuimos 7, 5 adultos y dos niños, por lo que una vez más alquilamos una furgoneta para movernos por allí. Al preparar el itinerario decidimos ceñirnos a la zona sur del país, ya que las distancias son largas y no queríamos perder mucho tiempo en carretera, y aún así nos pegamos unas buenas palizas. Hay gente que un mismo viaje de dos semanas incluye las grandes ciudades polacas: Cracovia, Varsovia, Wroclaw, Gdansk... pero nosotros preferimos siempre centrarnos en zonas más reducidas y visitar sitios más pequeños o peculiares, así que el norte del país lo dejaremos pendiente para otra ocasión. La única excepción fue Varsovia, que fue el punto final del viaje. También queríamos ver algo de naturaleza, que no todo van a ser ciudades y pueblos. Con estos requerimientos salió este viaje, que poco a poco iré desgranando en los próximos posts En total estuvimos 18 días contando el de ida y el de vuelta, en los que no vimos nada.
Polonia nos ha gustado mucho aunque no ha sido el viaje más interesante de todos los que hemos hecho. Aún así merece la pena ir, espacialmente si os gusta la historia. Tiene unas cuantas ciudades monumentales, con unos centros históricos muy bien cuidados y restaurados en muchos casos, pueblos bonitos, buena comida... quizá le falte algo más de naturaleza espectacular. La inmensa mayoría del país es llano, y casi siempre te encuentras tierras dedicadas a la agricultura y algún bosque. Las montañas se concentran principalmente en el sur, en las fronteras con Chequia, Eslovaquia y Ucrania. Tiene un buen puñado de parques nacionales, aunque la mayoría son más bien pequeños, nosotros pudimos visitar tres de ellos, aunque se me quedó en el tintero el que para mí es el más peculiar, el de Bielowieza, compartido con Bielorrusia y donde quedan los últimos bisontes europeos. Lo veremos en otra ocasión.
En lo que sí destaca Polonia es en historia, o Historia en mayúsculas. Creo que pocos países de Europa tienen un pasado tan turbulento como los polacos. Debido a su ubicación entre grandes potencias y su gran y fértil territorio ha sido invadido en incontables ocasiones por cosacos, suecos, rusos, alemanes... Llegó a ser el país más grande de Europa durante su unión con Lituania (Unión de las dos Naciones, Edad Media) y en pocos siglos fue borrado del mapa al ser despedazado y repartido entre Prusia, Rusia y Austria-Hungría (particiones de Polonia, siglo XVIII).
Por si fuera poco, en el siglo XX vivió en primera persona el horror las dos guerra mundiales y después la oscuridad de las décadas de comunismo. Todo esto ha acabado marcando al país, que ha visto resurgir el fervor católico tras los años de comunismo, y hoy en día es una de sus señas de identidad. La veneración por Juan Pablo II es total, no hay iglesia que no tenga una estatua, foto o altar dedicada a él. La mayoría de la población es bastante conservadora, y su gobierno, uno de los más euroescépticos de la Unión Europea, con una política en cuanto a derechos sociales bastante restrictiva. Aún así, el contacto con los locales ha sido satisfactorio y en general nos han parecido muy agradables.
Decidimos ir a Polonia por ser un destino barato, al menos los alojamientos, comida, etc., y hoy en día es fácil encontrar vuelos bien de precio a las principales ciudades polacas. Y también porque nos apetecía volver a hacer con los amigos un viaje por la Europa del Este.
En esta ocasión fuimos 7, 5 adultos y dos niños, por lo que una vez más alquilamos una furgoneta para movernos por allí. Al preparar el itinerario decidimos ceñirnos a la zona sur del país, ya que las distancias son largas y no queríamos perder mucho tiempo en carretera, y aún así nos pegamos unas buenas palizas. Hay gente que un mismo viaje de dos semanas incluye las grandes ciudades polacas: Cracovia, Varsovia, Wroclaw, Gdansk... pero nosotros preferimos siempre centrarnos en zonas más reducidas y visitar sitios más pequeños o peculiares, así que el norte del país lo dejaremos pendiente para otra ocasión. La única excepción fue Varsovia, que fue el punto final del viaje. También queríamos ver algo de naturaleza, que no todo van a ser ciudades y pueblos. Con estos requerimientos salió este viaje, que poco a poco iré desgranando en los próximos posts En total estuvimos 18 días contando el de ida y el de vuelta, en los que no vimos nada.
Polonia nos ha gustado mucho aunque no ha sido el viaje más interesante de todos los que hemos hecho. Aún así merece la pena ir, espacialmente si os gusta la historia. Tiene unas cuantas ciudades monumentales, con unos centros históricos muy bien cuidados y restaurados en muchos casos, pueblos bonitos, buena comida... quizá le falte algo más de naturaleza espectacular. La inmensa mayoría del país es llano, y casi siempre te encuentras tierras dedicadas a la agricultura y algún bosque. Las montañas se concentran principalmente en el sur, en las fronteras con Chequia, Eslovaquia y Ucrania. Tiene un buen puñado de parques nacionales, aunque la mayoría son más bien pequeños, nosotros pudimos visitar tres de ellos, aunque se me quedó en el tintero el que para mí es el más peculiar, el de Bielowieza, compartido con Bielorrusia y donde quedan los últimos bisontes europeos. Lo veremos en otra ocasión.
En lo que sí destaca Polonia es en historia, o Historia en mayúsculas. Creo que pocos países de Europa tienen un pasado tan turbulento como los polacos. Debido a su ubicación entre grandes potencias y su gran y fértil territorio ha sido invadido en incontables ocasiones por cosacos, suecos, rusos, alemanes... Llegó a ser el país más grande de Europa durante su unión con Lituania (Unión de las dos Naciones, Edad Media) y en pocos siglos fue borrado del mapa al ser despedazado y repartido entre Prusia, Rusia y Austria-Hungría (particiones de Polonia, siglo XVIII).
Por si fuera poco, en el siglo XX vivió en primera persona el horror las dos guerra mundiales y después la oscuridad de las décadas de comunismo. Todo esto ha acabado marcando al país, que ha visto resurgir el fervor católico tras los años de comunismo, y hoy en día es una de sus señas de identidad. La veneración por Juan Pablo II es total, no hay iglesia que no tenga una estatua, foto o altar dedicada a él. La mayoría de la población es bastante conservadora, y su gobierno, uno de los más euroescépticos de la Unión Europea, con una política en cuanto a derechos sociales bastante restrictiva. Aún así, el contacto con los locales ha sido satisfactorio y en general nos han parecido muy agradables.