EstoniaEstonia ha sido un país que ha aportado mucha frescura en el festival. Hay pocas canciones de Estonia que me disgusten y últimamente está innovando y arriesgando.
Estonia comenzó con muy bien pie, en una década en que nadie la lograba bajar del top10. Antes de la libertad del idioma, nos regaló un trío de baladas en estonio preciosas como fueron
Kaelakee hääl (1996) o
Keelatud maa (1997), descubriéndonos a Maria-Liis Ilus. La tercera de la triada a destacar es
Mere Lapsed (1998) , la cual no logró un top10 por la calidad del año, pero también es preciosa. Otra mágica balada cerraría el periodo, aunque ya en inglés,
Diamond of night (1999), que escuchaba yo mucho por esa época.
Llegó la libertad idiomática y decidieron renunciar sin miramientos a su idioma, mostrándonos el mejor pop en inglés. En la época parecía que era la nueva reina eurovisiva mirando los puestos. Eran canciones sencillitas a lo “poppy buenrollista”, que calaban muy bien en los votos. Una Ines extra nerviosa y maravillosa con
Once in a lifetime. También en esa dirección nos dejaron a la gran sueca Sahlene con
Runaway, que personalmente para lo que fue de 2002 quizás yo la habría hecho llevarse el triunfo. Triunfo buenrollista fue la inesperada en 2001,
Everybody; totalmente fuera de época, fue de las primeras canciones que ganaron gracias a una puesta en escena pegadiza y “ritmo contagioso”. Su triunfo ha sido muy discutido y todo lo que queráis, pero al principio de los dosmiles Estonia ya sabía jugar bien sus cartas.
Pero llegaron a la senda oscura de mediados de los dosmiles que rompió su racha de top10 que habían tenido durante ocho años. Quizás yo destacaría el sencillo schlager buenrollista
Through my window de 2006, en un difícil año.
Ya a finales de los dosmiles comenzaban a apuntar maneras en unas preselecciones de gran calidad y música bastante innovadora. Fue inesperado (o no) el sexto puesto en 2009 con el hipnótico
Rändajad, dejando a Estonia en donde merecía al fin; le siguieron canciones correctas como
Siren o la innovadora y favoritísima (en las apuestas aclaro)
Rockefeller Street. Y este último año volvieron al top10 con
Kuula, muy linda y puesto merecidísimo.
Pero también la ex-princesa del ESC ha tenido canciones que enrojecen, como Eighties coming back, o la broma Leto svet. Quizás también incluiría aquí la folklórica Tii, es una de esas canciones que no sé si me gustan o me avergüenzan profundamente.
Siempre espero con ganas a la canción de Estonia, y apostaría por ver otro festival en Tallinn pronto, pues le están poniendo ganas y unas preselecciones bastante innovadoras y modernas.