Mujeres (1939)Mary Stephens (Norma Shearer) tiene aparentemente todo lo que puede desear. Un marido que la quiere, una hija en común, y una posición acomodada. Sin embargo, su felicidad se trunca cuando descubre que su marido le es infiel con otra mujer, Crystal Allen (Joan Crawford), una dependienta de una tienda de modas a la que ella acude por casualidad al ir de compras. En un principio lucha entre su sentimiento de abandonarle a él y a su hija (pues por ley la custodia sería para su marido), y perdonarle por el amor que aún siente desesperadamente por él. Finalmente decide divorciarse, pero en contra de sus sentimientos, y con el pensamiento de que él la sigue queriendo a ella y que lo de Crystal sólo es un capricho para él, con lo que paralelamente empieza a concebir un plan para reconquistar a su marido. Esta trama principal se entrelaza con las subtramas de las amigas de Mary y de la propia Crystal.
El título de esta película, dirigida por George Cuckor, no puede ser más literal. Absolutamente todo el reparto en pantalla, deliberadamente, está compuesto exclusivamente por mujeres, y los pocos personajes masculinos que aparecen en la trama, son únicamente mencionados por otras mujeres, o están fuera de pantalla y no hablan. Incluso los animales que aparecen son todos hembras. La trama es muy de la época, y enmarca a la circunspecta sociedad norteamericana en los albores de la segunda guerra mundial, en la cual lo importante más que ser recta y respetable, era parecerlo. La película está rodada en blanco y negro, salvo una escena en la tienda de modas, en la cual un desfile de modas fue filmado en Technicolor. Era una práctica común en los primeros años del Technicolor moderno, la de introducir escenas en color dentro de películas en blanco y negro o escenas en blanco y negro dentro de películas en color, siendo "El mago de Oz" (1939) uno de los ejemplos más conocidos de películas que siguieran esta práctica.
"Mujeres" fue el último gran éxito cinematográfico de la actriz Norma Shearer, tras una larga carrera que arrancó en el cine mudo pero que dio sus mejores frutos en el sonoro, incluyendo un Oscar a mejor actriz por "La divorciada" (1930) y otras cinco nominaciones. Después sólo protagonizaría tres títulos más antes de retirarse definitivamente de las cámaras en 1942, aunque permanecería cercana al mundo del cine hasta su muerte en 1983. Entre otras cosas, fue la descubridora de Janet Leigh y Robert Evans, llamando a sus amigos en el cine para que les hicieran pruebas, y lanzando así sus carreras. Como curiosidad, ella fue la elegida original de David O'Seltznick para hacer el papel de Scarlett O'Hara en "Lo que el viento se llevó", pero cuando la noticia saltó a la prensa, el púlico protestó porque no le gustaba ella para el papel por su desviación ocular (tenía un ojo vago), y eso hizo al director replantearse su decisión y seguir buscando hasta dar con Vivien Leigh.
Otra curiosidad es que en una escena dos mujeres se pelean encarnizadamente, y una de ellas muerde en la pantorrilla a la otra. El mordisco fue absolutamente real, así como el grito de la actriz, que requirió puntos de sutura para la mordedura, y que le provocó a Paulette Goddard una cicatriz permanente en la pierna, a pesar de lo cual, siguieron siendo buenas amigas.
Mi nota para esta película es un 8.