Los capítulos de esta semana han sido bastante intensos. Por una lado cuando se entera por las cartas de que su madre no está muerta, si no que lo ha abandonado y además su padre le contó que ella había muerto. Creo que tanto el padre como la madre fueron muy crueles con Christopher, una por irse así y el otro por contarle esa mentira tan cruel. No quiero juzgarlos como malos padres porque debe ser muy difícil sacar adelante un niño con este problema, pero las cosas se pueden hacer de otro modo.
Otro punto fuerte es cuando nos enteramos de que es el padre el que ha matado al perro, no me lo esperaba para nada.
Me he fijado que el autor intercala capítulos muy fuertes e intensos emoicionalmente con capítulos más suaves en los que Chritopher recuerda algo de su infancia o nos explica algo sobre alguno de los temas que le apasiona: astronomía, matemáticas... Es un buen método para rebajar la tensión del capítulo anterior y al mismo tiempo crear expectación por saber que oucrrirá con las aventuras que el prota está viviendo. Y así es como lo dejamos en la estación de tren después de que nos explicara como funciona su mente en situaciones de estrés como la que le ha tocado vivir.