El libro, en su planteamiento y concepción me parece una pequeña genialidad. Habrá que investigar qué más ha escrito el autor, pero la hilaridad de la historia, el cómo la presenta y la narra me parecen geniales. El hecho de que sea un libro, así cortito, dado el argumento, creo que le favorece, para no prolongar artificialmente en exceso la narración. Me da la impresión, además, que una segunda lectura del libro permitiría extraer algunas enseñanzas interesantes.
Los personajes, como no puede ser de otra forma, son de una extravagancia suprema, en la que Alan, representa el único “cuerdo” de la familia, hasta que consigue “convertirlos” a todos los demás, aún habiendo sido un hijo no previsto, ni deseado.
El final me parece muy redondo, cuando Alan se da cuenta de que ha culminado su cometido, finalmente se suicida. A pesar de todo, creo que el libro es una llamada al optimismo, a cumplir nuestro propósito en la vida y al “sí, se puede”.
Mi nota es un 9.
De canción, aunque la historia descoloca tanto que es muy difícil relacionar la historia con algún tema, el optimismo que creo clama la historia me lleva a pensar en Macaco, del cual elijo este tema: