Hola chavales! Este mes de julio se cumplirán tres años desde que MiguESC diera pistoletazo de salida a la que fue la tercera edición de nuestro afamado Concurso de Microrrelatos, la primera en la que un servidor tuvo el gusto de participar, y que supuso el inicio de muchas otras ediciones plagadas de historietas curiosas y anécdotas que recordaré siempre con mucho cariño.
Este post es para recopilar los micros que he presentado desde entonces, por si a algún forero nostálgico le apetece volver a leerlos.
Besos y abrazos para todos!
1. Dos pájaros de un tiro
-“¡Caldo de pollo y un poco de pan duro era lo único que tus bisabuelos me daban a mí para pasar los inviernos de la posguerra, pequeño granuja…y tú mientras tanto haciendo aspavientos para comerte medio plato de lentejas! ¡Maribel, Maribeeeeeeeeeeeel, este crío te está toreando y no te estás dando cuenta…!”
Esa frase colmó mi paciencia:
-“Mira papá, como sigas diciéndome cómo educar a mi hijo te juro que lo meto a clases de ballet”.
El yayo Aurelio, circunspecto, siguió viendo el fútbol y Eduardito, con cara de susto, no se dejó ni la cuchara…Un pequeño triunfo".
2. Abeja y Dragón (“Crouching bee, hidden dragon”)
La sombra del dragón cubría toda la aldea, pero sus habitantes no tardaron en organizarse:
-“¡Apis-32, reúna a las obreras! ¡Las nodrizas, a sus celdas!”
- “¿Qué hacemos con los zánganos?”
-“¡Cualquier cosa, con tal de que no entorpezcan la misión! ¡Prepárense y sacrifiquen vuestra vida por la Reina si es preciso! ¡Al ataque! BZZZZ (Zumbido de guerra)”
El enemigo no opuso resistencia. El primer aguijonazo bastó para que huyera despavorido.
Mientras toda la colonia celebraba la victoria, tres metros más abajo, Armando intentaba serenar a una hija desconsolada:
-“No llores, mi vida. Mañana te compro otro globo”.
3. Los caminos del triunfo
Se me cerraron los ojos aún con el libro abierto en mi regazo. Cuando desperté, me encontré a Fernando sentado al lado, observándome con expresión de sorpresa:
- Hola mamá, no quería molestarte. ¿Estabas leyendo mi tesis?
- Eh…
Un sentimiento de vergüenza invadió mi rostro. Una ignorante como yo intentando comprender el trabajo de mi hijo ¡Qué ocurrencia! Agaché la cabeza sin decir palabra.
-Antes de volver a la capital, quería darte las gracias. Esa cena improvisada para ocho fue impresionante. Eres la mejor. –Me dijo, dándome un beso.
Nunca supo lo dichosa que me hicieron sentir aquellas palabras.
4. Dar con la tecla
Las manos no dejaban de temblarme. Baqueteado por cuarenta primaveras delante del piano, afrontaba el último concierto en mi ciudad natal, rodeado de buenos y viejos amigos. También estaba ella. Probablemente acudió amparándose en el anonimato generado por el paso del tiempo, pero esos mismos ojos, otrora gráciles y vivarachos, que posteriormente se nublaron cuando me dijo que emigraba a Alemania, seguían resultándome inconfundibles.
Entre bambalinas, volví nuevamente la vista hacia esa enorme caja de resonancia, mi más fiel compañera. Con determinación, accedí al escenario, saludé a los presentes, e interpreté por última vez “Liebestraum”.
Durante la actuación, mi mente evocaba aquella época en que dos muchachos aprendieron a amarse. De soslayo, dirigí por un segundo mi atención a su butaca. Su mirada, clavada sobre mí, era una mezcla de admiración y remordimiento.
Acababa de pulsar la tecla más importante de mi vida: La que encerraba la melodía más hermosa.
5. Involución empresarial
“Odio al correcaminos S.A. (ODIOSA)” fue la compañía que constituyeron los coyotes más poderosos del mundo para promover la captura y comercialización de su principal fuente de alimentación. Con una avanzada estructura logística, encargada de extender ácido corrosivo por las carreteras, lastimaban las patas de las aves, que cuando corrían se las pelaban (literalmente), hasta el punto de ya no poder acelerar y ser así presas fáciles.
El sistema acabó muriendo de éxito. La drástica reducción de la población de correcaminos obligó a los directivos de la empresa a replantearse su estrategia comercial. El objetivo era mantener activo el instinto depredador de la clientela sin mermar excesivamente el censo de cuculiformes.
De esta forma, la cúpula de ODIOSA destruyó todas las patentes, declarando en quiebra la sociedad. Casi todas las ganancias fueron transferidas a paraísos fiscales. Con el 5% restante empezaron a mercadear petardos low-cost.
Así nació la marca ACME.