¿Puede un canto, un sonido, recordarte siempre que lo oyes, las promesas incumplidas de un amor que no fue...?
Los recuerdos que duelen se asocian a imágenes, objetos, sonidos, que estaban ahí cuando pasó ese momento... y parece que desde entonces queden tan ligados a aquello que sólo existan como recordatorio perpetuo de lo que tanto duele desde aquel preciso momento...
Como puede ser el canto de un ruiseñor ...
Diferente, enigmática e inquietante, es de esas propuestas que no dejan indiferente a nadie, o se ama o se odia.
Tiene y suena a un aura inquietante como de un recuerdo que se recuerda como una pesadilla de tanto que duele...
Nunca sabremos como hubiera quedado esta inusual apuesta tan arriesgada por parte de Ucrania, siendo más ella que nunca y por segunda vez en sus 17 años de participación cantando por fin de nuevo en su idioma, renunciando al inglés.
Tanto éxito como fracaso, ninguno de los dos resultados hubieran sido una sorpresa. Ucrania es el único país desde que hay semifinales, que ha conseguido pasarlas todas, sin contar a la todavía reciente Australia que no ha participado en todas las semifinales desde el mismo año que las hay. Pero el hecho de ser tan diferente, local, y esa inquietante pose y actuación más esa voz que está inspirada en los cantos típicos del país, pero que no deja de sonar un tanto estridente y monótona, más una desacertada imagen pretendida que refuerza el aura inquietante como de un recuerdo que se recuerda como una pesadilla de tanto que duele, en los cada vez más básicos jurados le hubiera podido costar un hundimiento por su parte y más en una semifinal que era muy reñida, aunque Ucrania sabe muy bien vender sus candidaturas sobre el escenario, la posibilidad de haber quedado por primera vez eliminados era más grande que nunca.
Claro que el televoto por diferente y el de algunos países de su órbita en su semifinal podrían haberle hecho pasar...
De momento son los únicos ganadores de una preselección que están confirmados para volver a ser los representantes de Ucrania en su regreso tras las trabas que ella misma se pone para participar, haciéndoles una preselección a medida para ellos. Si vuelven con algo parecido a esta canción, será muy interesante ver y comprobar por fin qué tal les funciona algo tan arriesgado... Pero pase lo que pase el año que viene, una de las cosas buenas que tuvo el merecido triunfo de Jamala, es que Ucrania va rompiendo con sus propios clichés de diva de turno con canción cliché hecha para y por el festival de turno, y se va atreviendo a ser más ella y a arriesgarse con cosas más diferentes y éso y la diversidad que aporta, siempre es bueno, nos gusten ya a cada uno más o menos. A mí no me gustaba mucho esta canción pero agradezco y me parece muy bien que por fin vayan apostando por más variedad.
Por un instante regresa el deseo de vivir a otra velocidad...
Pasan todavía muy lentamente los trenes por Tozeur...