Hola. Soy lo que llamáis un local. No tengáis miedo
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Vengo en son de paz.
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Suelo ver la final de Eurovisión y esa semana suelo interesarme por las canciones, pero no me involucro en seguir la temporada previa, otras finales nacionales -algún año sí que he visto San Remo- y todos los eventos que hay.
Este año ha sido una excepción. El caso es que en diciembre de 2021 estaba ocioso una tarde y vi en Twitter que era tendencia el #BenidormFest. Recordé que la Comunitat Valenciana lo había patrocinado para que fuera el evento de selección española y resulta que habían anunciado las canciones. Así que por curiosidad me puse a escuchar lo que había. Primera canción, Azúcar Moreno. "Bueno, más de lo mismo 20 años después". Segunda canción, Blanca Paloma. Empezó a sonar y a los 10 segundos estaba completamente cautivado. ¿Quién sería esa chica de voz cristalina? No la conocía. Miré la reseña y leí "primera canción en estudio. Whaaaaat?". A los pocos días hubo una rueda de prensa y cantó un
snippet a capella y ya terminé de alucinar. Me encantó en la final, aunque estaba claro que no iba a ganar, tuve claro que iba a seguir sus pasos. Así que en 2022 estuve bastante pendiente de ella, vi vídeos de actuaciones suyas en bandas de fusión flamenco-árabe y similar, y en verano parecía claro que iba montando un pequeño repertorio. Plumas de Nácar me gustó cuando la presentó en una rueda de prensa, y en algún resumen de actuaciones veraniegas escuché fragmentos de un par de temas que tenían buena pinta.
Llegó el anuncio de que había sido elegida también para la segunda edición y me quedé algo frío. Digamos que tenía una perspectiva ya de fan en la que me interesaba más su desarrollo artístico y ver si iba a sacar un disco a que se metiera otra vez en todo el embolado del Benidorm Fest. Ella misma se encargó de borrar esa frialdad cuando salió a la gala de los Elegidos y se marcó una versión portentosa de la Nana de Manuel de Falla. Pensé que solo por eso ya había merecido la pena que se hubiera vuelto a presentar. Pero faltaba por saber qué canción había seleccionado. En una entrevista hizo referencias a rituales y al Señor de los Anillos y me dio un subidón pensando que podía llevar un baladón épico, una especie de
Queen of Kings, vamos. El tiempo que perdí buscando referencias. La mato.
Sin embargo, el tema elegido era Ea, Ea. Me dio cierto bajón. Mi expectativa no se había cumplido y a cambio tenía un tema muy arriesgado, no solo para Benidorm, sino a modo de carrera. Es que una bulería como esa es un tema que incluso en un disco de flamenco fusión vas a tender a usar como tema de disco y no como single. Por poner un ejemplo, Rocío Márquez, en El Tercer Cielo, sacó primero el garrotín y luego la rumba. La bulería es muy particular, con esos estribillos, por llamarlo así, muy estridentes, tonos muy altos. Ella metía el contraste con la parte íntima del "mi niño" y con eso rebajaba algo "el octanaje" de la bulería -recomiendo que escuchéis Exprimelimones del disco que he mencionado a ver si la termináis
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- Sufrí viendo los gráficos de reproducciones y pensé que no tenía posibilidades ni de meterse en la final de Benidorm.
La conclusión de esto es que hasta para uno de los mayores fans de Blanca Paloma la canción era un riesgo, y aunque luego ella dejó a todo el mundo tieso con su directo y la presentación en la semifinal, porque es una auténtica fiera en el escenario, ese factor estaba presente. Si a alguien que puede escuchar el género sin problemas, le resultan difíciles las bulerías, ¿cómo reaccionarían los europeos? Y ahí es donde creo que la dualidad eurofan vs local entra en juego, y por eso he escogido este nick. Las reacciones a la actuación de Blanca en Benidorm fueron bastante buenas en medios e influencers (wiwiblogs, eurovisionhub, etc.) pero conforme avanzaba la temporada e iban saliendo otras reacciones digamos más particulares se notaba más rechazo. Intentabas razonar con los más majos, pero rápidamente te contaban que no era pegadiza, que no podían encontrar la melodía, que no tenían un punto al que engancharse. Empecé a entender que el televoto lo tendría muy difícil, pero pensé que con un buen puesto quizás podía conseguir cierto impacto con su voz y una presentación tan artística. Pero nada, 1st half, y encima justo antes de la megafavorita -ninguna canción que salió antes que Loreen ha quedado top10-. Los 5 puntos fueron un golpetazo, tampoco muy duro, yo esperaba 20-40, pensaba que acabaría más alta en Portugal, Resto del Mundo, Israel, y países tipo Rumanía o el Cáucaso. El jurado también lo esperaba mejor, pero claro, son 5 personas y si un país no sé mete un cantante de rock esto lo va a poner tranquilamente en el puesto 20 de su ranking y ya te penaliza mucho.
Dejando de lado el concurso en sí, creo que el balance no es tan malo si precisamente los más fieles al Festival han abrazado la propuesta y ha tenido buena acogida en ese ámbito porque son quienes más van a apreciar canciones culturalmente relevantes. Si les ha acabado gustando es que a nivel artístico era una propuesta notable. A mí como local de Eurovision también me gustan más esas propuestas más específicas, pero supongo que soy minoría absoluta y lo normal es que les molen las más comerciales o incluso las frikadas, que por ejemplo, en mi círculo de amigos siempre llaman mucho la atención. Las risas y el estupor con Croacia fueron totales.
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