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Las probabilidades de que Bulgaria regrese son todavía menores que las de la no participación, pero algo mayores que hace unos meses, cuando esa opción estaba completamente descartada.

Si esto sucede, será una discográfica la que lo haga, aunque las perspectivas de que las negociaciones finalicen con éxito son dudosas debido a las condiciones que pide BNT. Antes de 2020, BNT cubría al menos el 50 % del presupuesto para la participación, mientras que ahora el 100 % se descarga a los participantes, incluida la tarifa de participación. La inclusión de la cuota de participación en la larga lista de gastos prácticamente hace imposible que nadie alcance el punto de equilibrio. En 2020/2021 fue más bien un acuerdo publicitario que permitió la participación, mientras que en 2022 se vendió directamente al único postor en ese momento.

El extraño comportamiento de BNT es el resultado básicamente de dos escuelas de pensamiento que compiten dentro de la emisora sobre este tema. Una es que Eurovisión es una competencia política y sin sentido y que BNT no debería participar en absoluto. Esto lo apoya el actual director general, que odia apasionadamente el concurso, incluso por razones muy similares a las de Turquía o Hungría. La otra es que Bulgaria debería participar, lo que cuenta con el apoyo de figuras influyentes dentro de la emisora pero, por supuesto, no lo suficientemente influyente como para imponerlo ante la Dirección General.

Entonces, después de 2020 fue algo así como un armisticio temporal entre los dos: el Director General no permitirá que ni un céntimo vaya a Eurovisión, pero al mismo tiempo no pondrá obstáculos si alguien quiere cubrir la factura. Esto, por supuesto, no es sostenible en absoluto, por lo que el campo pro-ESC de alguna manera abandonó esa idea después de 2022 y prefirió esforzarse para recuperar el país sólo en caso de que la emisora quisiera cubrir una parte significativa de los gastos (preferiblemente 100 %) y estar completamente a cargo de lo que se hace. Como esto no era posible en ese momento, las perspectivas de retorno quedaron en suspenso por tiempo indefinido, ya que prácticamente nadie quería defenderlo. Ahora la única diferencia es que hay cierto interés en participar por parte de un sello discográfico, pero por un lado la carga financiera es demasiado alta para justificarlo, mientras que por otro lado, curiosamente, el lado pro-ESC en la emisora arruinaría gustosamente cualquier negociación, ya que no están de acuerdo sobre la viabilidad de esa opción. Lo más probable es que la próxima semana se sepa con seguridad, pero está muy lejos de ser un trato cerrado o remotamente seguro.

Quizás 2025 sea más factible, especialmente si el actual Director General es derrocado pronto, lo cual es bastante posible. Lo más probable es que el próximo director de BNT tenga un perfil opuesto al actual, por lo que entonces sería más probable una participación adecuada en Eurovisión con un proceso de selección o incluso una final nacional pública. Cabe señalar que BNT ya no tiene problemas financieros, ya que todas las deudas de la emisora fueron prácticamente canceladas hace 2 años, por lo que hoy en día BNT se encuentra en su mejor situación financiera desde al menos 2012. En caso de que se llegue a un acuerdo, la participación sería anunciado la próxima semana; de lo contrario, es poco probable que se materialice.