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Ficha técnica completa de la canción
Si tuviésemos que resumir el recorrido eurovisivo de Albania utilizando un número, todos sabemos que sin lugar a dudas, el 17 sería el elegido. Desde su debut en 2004 con la maravillosa Anjeza Shahini (cuyo videoclip ha sido recientemente desclasificado de los archivos secretos albaneses), la pequeña nación balcánica ha finalizado en el citado puesto en un total de cuatro ocasiones, sumando además dos decimosextos puestos. Casi nada. No obstante, siempre hay una excepción para toda regla, y en este caso la excepción grita mucho. Tiene por nombre Rona Nishliu y llevó a su país al quinto puesto en Bakú 2012, siendo el único top 10 que ha conseguido Albania en toda su historia aunque Eugent fue top 10 moral.
Si los eurofans le tienen cariño a Albania no es por otra cosa que por ser la que da el pistoletazo de salida a la temporada eurovisiva, con el Festivali i Kënges, su icónica preselección, que prácticamente se ha convertido en una tradición navideña más. Cuando la RTSH publicó las canciones, una destacó claramente por encima de las demás. Se trataba de Ktheju Tokës, en español, "regresa a tu tierra", una balada dramática con toques étnicos interpretada por la Jodida Malvada Jonida Maliqi. El tema llama a regresar a Albania a todos aquellos emigrantes que huyeron de aquella tierra debido a la guerra, pobreza y falta de oportunidades. Jonida nació en Tirana en 1983 y desde pequeña mostró interés por la música. Participó en el FiK por primera vez con solo 13 años, y con el tiempo se convirtió en un nombre destacado de la industria musical albanesa, sumando múltiples participaciones en el Kënga Magjike o siendo jueza de La Voz Albania.
El 23 de diciembre de 2018, en el Palacio de Congresos de Tirana, Jonida se proclamó ganadora tras una gala muy corta y amena, como nos tienen acostumbrados los albaneses. En un primer momento, el tema recibió una buena acogida por parte del mundo eurofán, especialmente por el hecho de que Jonida aseguró que mantendría la canción en albanés. Sin embargo, como suele pasar siempre con las propuestas de este país, se fue perdiendo lentamente a lo largo de la pretemporada, al mismo tiempo que nadie se atrevía a echar las campanas al vuelo porque la amenaza del revamp aún estaba presente.
Cuando se publicó el videoclip todos respiramos aliviados, pues salvo que había perdido un poco de fuerza apenas habían tocado la canción. En él podemos ver a varios niños huyendo de una ciudad en llamas y a un nido ardiendo, representando la huida forzosa que millones de albaneses tuvieron que emprender cuando su país estaba en colapso. Jonida afirmó que quería que la segunda parte del videoclip se recreara en el escenario de Tel Aviv, para lo cual fue mendigando por todas las instituciones albaneses habidas y por haber en busca de un poco de financiación. Al mismo tiempo, se recorrió Europa para promocionar su canción en las distintas pre-partys, como Madrid, Londres o el EiC. Pese a que a la pobre le costaba un poco expresarse en inglés, pudimos disfrutar de su divismo y de muchos momentazos junto a sus compañeros eurovisivos.
Cuando llegaron los ensayos, comprobamos que todo el dinero que había conseguido recaudar se lo gastó en un vestido barroco negro y dorado, dejando el resto a la magia de la diáspora albanesa. Su actuación parecía sobria y Jonida cumplía vocalmente, pero no parecía a priori suficiente como para poder darle el pase a la gran cita del sábado.
Finalmente el día de la semi llegó, actuando Albania en el puesto 14, entre la sobrevaloración rusa y el petardazo noruego. Jonida nos brindó una actuación sencilla pero efectiva, en la que se usaban las imágenes del videoclip tanto en los fondos como en el suelo, había mucho fuego, y se le daba un poco de uso a los triangulitos del techo. Pese a no estar en todas las quinielas, Albania fue anunciada como una de las finalistas, para alegría de sus fans. Luego descubrimos que se clasificó por los pelos, novena con 96 puntos pero a solo tres puntos del undécimo, el lituano Jurijus, y habiéndose quedado fuera para el jurado.
Su ajustada clasificación se tradujo en un 02 en la final, el puesto maldito. Sin embargo Jonida tiró de tablas y nos ofreció una actuación aún mejor que en la semi, que le sirvió para finalizar, adivinen en qué puesto. Efectivamente, el 17 y Albania volvían a juntar sus caminos una vez más. Y es que no solo eso, sino que también fue 17 del jurado y 17 del televoto . En defintiva, toda una reina.
El pase de Jonida demostró una vez más que no se pierde puntos por optar por algo autóctono y en el idioma nacional. En definitiva, esta candidatura supone un soplo de aire fresco para todos los que creemos en un ESC más diverso musical e idiomáticamente hablando. Y para los fans del número 17, por supuesto.
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